
“Por primera vez en espacio de casi cuarenta años –es decir, en el de dos generaciones y media- el pueblo español tiene la posibilidad real de intervenir en la vida pública y forjar así su propio destino, y los escritores e intelectuales, y aun aquellos que no formamos parte de la clase política, no podemos permitirnos el lujo de desaprovecharla”.
